Especular
en Venezuela Vs. Consumo Inteligente
Sin
querer apartarme de la realidad actual respecto a los últimos acontecimientos
en nuestro proceso para el logro de la transición, creo propicio plantearles la
siguiente propuesta de cambio con la intención de llegar lo más dentro posible
de la conciencia ciudadana, a propósito del cambio que se avecina y que tenemos
que comenzar a internalizar como sociedad.
La
propuesta va dirigida al cambio de percepción del Bachaqueo como medio para la
obtención de ingresos. Lamentablemente ésta práctica ha sido una de las “nuevas
profesiones” que ha dejado el peor gobierno de la historia de nuestro país, la
cual ha calado en infinitas formas de intercambio comercial de productos y
servicios, y que de alguna manera se ha convertido en algo normal. De allí la
potencial carga nociva de ésta situación para una sociedad que está perdiendo
los escrúpulos y la sensibilidad ante necesidades tan básicas para el ser
humano, como por ejemplo la alimentación y la salud.
Ya
sabemos que la economía naturalmente se rige a nivel global por el intercambio
de bienes y servicios dentro de las leyes de la oferta y la demanda. Sin
embargo, la especulación propiamente dicha, no respeta rubros. La especulación
es un comportamiento normal de la economía ya que persigue el lucro mediante la
obtención de un bien a un precio X para luego ser vendido o intercambiado por
una suma superior a la invertida originalmente y en consecuencia obtener
beneficios. Hasta aquí no hay nada irregular. En escenarios económicos normales
y estables, ésta práctica de alguna manera se auto regula porque gran parte de los consumidores desarrollan inteligencia
de consumo y al actuar en una economía abierta y de libre competencia,
siempre habrá múltiples y variados oferentes de un mismo producto y será el
mercado el que dicte las reglas en cuanto a precios se refiera para que esos
consumidores accedan al bien o servicio. Incluso aquí interviene el factor
diferenciación, y es que aunque mi precio sea ligeramente superior a la media,
viene acompañado de valor agregado en términos de atención o servicio.
No
obstante, el consumo inteligente
también puede ser adoptado aún en escenarios económicos hostiles y precarios
pero requiere que sea aplicado de manera masiva y para esto es necesaria una
cultura de consumo apegada a la ley de oferta y demanda o al menos apegada al
sentido común, a la conciencia colectiva de no especular con la necesidad
primaria de alimentarnos.
Sencillo
por un lado, si nadie compra el producto por el alto precio, tarde o temprano
el comerciante se verá obligado a bajar el precio. Complicado por el otro lado,
ya que la necesidad de alimentarnos no podrá esperar a que el precio baje y el
comerciante lo tiene claro, para el es cuestión de tiempo. La única opción
posible es lograr que la conciencia colectiva sea mayor a las ansias de
enriquecimiento mediante ésta práctica.
En
el caso Venezolano, las frecuentes y restrictivas políticas económicas
implementadas por el actual Estado Fallido con el fin de regular los precios de
los principales bienes, han propiciado el escenario idóneo para el surgimiento
de miles de necesidades que antiguamente eran imperceptibles en términos de su
satisfacción, es decir, no podíamos ni imaginar que nos faltaría el gas
doméstico o medio litro de leche o un
poco de mantequilla en una arepa o un pan francés.
De
igual forma no podíamos imaginar que abrir una cuenta bancaria nos llevaría
meses y una buena cantidad de dólares para que el ejecutivo nos hiciera el
“gran favor”. Mucho menos pensar que la camionetica de transporte público con
la música a todo volumen, se convertiría en una perrera para transportar
humanos bajo una total y absoluta intemperie.
Desde
un trámite ante un ente gubernamental hasta un alimento básico, y es en este
último rubro donde quisiera enfocar la propuesta. Aunque no se justifica el
pago (dolarizado hace rato) de un trámite por un documento que debería ser
expedido de manera gratuita por los diferentes entes o instituciones, no me
detendré por ahora en ese particular. De hecho como dije antes, ya sabemos que
hay miles de ejemplos y formas de bachaqueo actualmente.
El
Bachaqueo de comida o alimentos de primera necesidad es el más grave, y a mi
juicio es lo que más nos ha hecho daño como sociedad.
Es
difícil imaginar lo que piensa una persona que compra una paca o bulto de
harina pan o arroz o pasta al precio regulado, porque tiene la “palanca” o el “contacto”,
y la revende en 40, 50 y hasta 60 dólares. Esa misma persona puede llegar a
leer esta nota y a la vez está pidiendo en las redes sociales que Donald Trump
venga a resolver nuestros problemas y a sacar a Maduro. Peor aún, esa misma
persona puede estar apoyando ahora mismo a este gobierno usurpador. La pregunta
es ¿qué pasará con ésta práctica si pasamos a la transición? ¿La seguiremos
permitiendo?
Con
mi planteamiento no pretendo satanizar a los comerciantes porque incluso quien
les escribe lo es desde muy jóven. Cuando di mis primeros pasos en el negocio
de comprar y vender productos de consumo masivo entendí que hay algo más allá
del simple hecho de obtener altas ganancias monetarias. Aprendí que un márgen
de ganancias razonable también trae otros beneficios en forma de cartera de
clientes, se gana respeto, se gana la lealtad de los clientes, se gana buena
reputación como comerciante, como buen prestador de servicios, como buen
pagador a la fuerza laboral. Lo que
pretendo mostrar es el hecho de que tratar de enriquecernos jugando con el
hambre de nuestros propios compatriotas es una clara señal de miseria y falta
de humanidad.
Con ello tampoco pretendo englobar el comercio en general, he querido hacer
énfasis en el acto de comercializar alimentos básicos y que hemos convertido en
lujo por el sólo hecho de querer obtener ganancias rápidas y cuantiosas.
Sé
que mi propuesta es ambiciosa pero también sé que puede llegar a la conciencia
de muchos venezolanos que queremos un cambio, y que también sabemos que ese
cambio empieza por nosotros. Lamentablemente ni Juan Guaidó, ni Trump, ni
Bolton podrán lograr ese cambio en cada uno de nosotros.
Si
les gusta la propuesta por favor compártanla, también les propongo unas
etiquetas para hacerlas circular en las redes. Si quieren también pueden
agregar otras.
#NoBachaqueesComida
#NoAlBachaqueodeComida
#BachaqueoEsMiseria
#NoComproBachaqueo
#DigoNoAlBachaqueodeAlimentos
#NoSoyBachaquero
Espero
sus comentarios.
@AndersonOviedo